lunes, 3 de noviembre de 2014

Por qué elegir a un técnico frente a un pseudo-técnico.

Vivimos una época en la que constantemente se oye que hay que bajar precios para conseguir clientes debido a la competencia que se realiza por personal de baja cualificación profesional.

Este sistema únicamente lleva a lo que estoy viendo desde hace algún tiempo: instalaciones que no están dando todas las prestaciones para las que se diseñaron. Como decían nuestras abuelas: "Lo barato sale caro".

En la universidad se contaba una fábula, que les relato a continuación:

En una empresa tras analizar los costes de la reparación de una máquina que había estado parada durante varios días, el joven contable ansioso por hacer su trabajo decide llamar a uno de los técnicos de mantenimiento de la empresa.

-          Buenos días.
-          Buenos días
-          ¿Podría decirme que hizo el técnico que reparó la máquina para que costase 150 € sustituir un tornillo?
-          No tengo ni idea, simplemente sustituyo un tornillo y la línea de producción volvió a funcionar.
-          Bien MMMM, gracias.

Como no le convenció la explicación del técnico de su empresa decide ponerse en contacto con la empresa de mantenimiento correctivo que envió al técnico que reparó la máquina:

        Buenos días, soy XXXX. Puede ponerme con el técnico YYY.
        Sí, claro.

Desde el teléfono móvil

        Dígame.
        Soy XXXX y me gustaría saber que tornillo puso para que costara 150 € la reparación.
        Tornillo el que correspondía, pero solo vale 5 €.
        ¿Cómo? ¡Entonces los otros 145 €!
        Bueno ustedes tenían la máquina parada y toda su línea de producción varios días sin saber ni atinar a encontrar el problema. Sin querer ser entrometido ni maleducado, seguramente habrán perdido mucho más que 145 € por no saber qué tornillo había que sustituir.

Ese día el contable aprendió que:

“El conocimiento requiere estudio y práctica. Hay que valorarlo y que lo importante no es cambiar el tornillo, sino saber que tornillo cambiar”

Fuera ya de esta anécdota de ingenieros, podemos ver como día a día se desvirtúa el trabajo técnico en cualquier ámbito pero sobre todo en la Construcción.

Sin querer entrar en la baja calidad de las edificaciones de la provincia de Alicante, especialmente a nivel de eficiencia térmica y acústica.

Pondré algunos ejemplos:

Instalación de descalcificador donde se puede encontrar el equipo unido directamente sin posibilidad de desconexión ni by-pass (el equipo trae uno pero no es para eso sino para regular la dureza del agua). Sin ningún tipo de enlace que permita su sustitución o reparación, nada más que cortando la tubería y dejando sin agua mientras se enlaza una instalación provisional.

Sistemas de suelo radiante sin control de la temperatura, no vale sólo con poner termostatos. Hay que dominar este tipo de sistema de calefacción si no se quiere encontrar uno en un horno en primavera y otoño a medio día.

Instalaciones de energía solar térmica desconectadas porque el sistema de distribución está tan mal realizado que una persona al poner el termo de su casa calentó todos los termos del edificio.

Y todos conocemos casos y casos, pero no aprendemos y queremos competir con estos pseudo-profesionales bajando nuestros márgenes de beneficio hasta que no nos quede otro remedio que cerrar.


Y no nos equivoquemos porque el técnico también puede fallar pero sus capacidades le pueden llevar a mejorar porque le gusta la profesión que eligió para ganarse la vida, no fue llevado por las circunstancias. Porque no lo olvidemos cuando pase la crisis los pseudo-técnicos encontraran un trabajo “menos duro”.

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